sábado, 1 de septiembre de 2012

Las simples cosas


una niña sentada, esperando
una tarde acribillada de lluvia
la falange de un dedo,
mordido por la espera

la angustia de vivir el placer
de un café con el corazón abierto
sin siquiera pedir el café
sin pensar en nada mas

dibujarla, a ella, sus palabras
sus ojos cafés, que miran dentro de mi
un lápiz, mordido, suavemente, que espera
la hoja en donde delineo su cabello, mi dolor

la galería donde exhibimos o escondemos
las marcas, señas y rayas que deja el vivir
un cuaderno, un café suspendido en el aire
y la mortal cadencia del corazón delator

no sé en donde está oriente,
ni siquiera tengo brújula
pero rasgué el velo que me asfixia
ante ella, ante su corazón

crucifixión de una mariposa que no vuela
el cordero que avanza manso, sin balar
a su exterminio, consciente de ello
dibujándola en el café, en la tarde
en la lluvia, en la hoja de la vida

las simples cosas, sencillas
que llegan sin anunciarse
que se instalan y te hacen respirar
y después parten

1 comentario:

Anónimo dijo...

un estratagema del corazón